Juliana Angel Posada pasa su vida estudiando filosofía y escribiendo novelas

16 02 2012

Vestida de Dolce & Galbana, la actriz es la protagonista para esta edición de la revista Elenco.

Mientras estudia filosofía en La Sorbona, pasa estas tardes de invierno parisino leyendo guiones, adelantando un álbum musical que espera lanzar pronto y hasta escribiendo una novela.

Al ver a Juliana Angel Posada  encerrada en un búnker desde el que se puede observar todo lo que ocurre en una habitación sin que nadie la detecte, difícilmente se adivinaría que es una mujer que sufre de claustrofobia. La protagonista de un drama y de la cinta de suspenso que alcanzó los 400 mil espectadores antes de completar tres semanas en la cartelera nacional, y que en España obtuvo una taquilla de casi 2 millones y medio de euros, es muy diferente a Fabiana, la camarera a quien encarnó en este filme: «El personaje me encanta porque me dio la posibilidad de explorar muchas contradicciones, y si hay algo en lo que creo fielmente es en las contradicciones del ser humano».

En este rollo cinematográfico la colombiana se ve envuelta en una historia de celos e infidelidades, en un triángulo amoroso en el que dos mujeres se enamoran de un joven director de orquesta puesto a prueba por una de ellas. «Yo no hago este tipo de cosas. Soy muy instintiva; si algo no me da seguridad, lo dejo. Hasta el momento no me he enfrentado a ninguna infidelidad pero pienso que es algo muy personal que no puedes prever. Lo que sí me ha tocado asumir es la deslealtad. Con el tiempo vas aprendiendo en quién puedes confiar y en quién no. A veces te sorprende quien menos esperas».

Vestida con la elegancia de Dolce & Gabbana para esta edición, apenas se sugiere esa sensualidad que está explícita en el filme. Que se ve desde el cotidiano acto de tomar un baño hasta en eróticas escenas de cama, que pareciera no la intimidaran, pero sí; no es tan fácil desprenderse de la ropa y menos ante muchos ojos. «Es incómodo tanto para el actor como para todo el equipo, pero se intenta hacer con el mayor profesionalismo y naturalidad. En este caso era parte fundamental de la historia ya que el agua es el medio de comunicación entre los dos personajes femeninos principales. Los desnudos son inherentes al personaje y hay cierto tipo de situaciones que no se pueden plantear de otra manera».

Obviamente Juliana no es de las que se van desnudando porque sí y mucho menos descubriendo su intimidad ante el mundo, pero tiene claro que es una profesional y que a veces hay que hacerlo. No le teme a mostrar su cuerpo, ni sus senos pequeños y, ante todo, naturales: «Solo lo hago cuando es parte de la promoción de una película. Lo han hecho todas las grandes actrices y modelos, desde Kate Moss hasta Monica Bellucci. También dije sí en un momento como este para hacer valer la naturalidad y la aceptación. Al sentarme como espectadora no me fijo en si salgo con ropa o no; veo la película como un todo, un rompecabezas con todas las piezas bien armadas. Observo a Fabiana sola en su intimidad, en su cotidianidad, que es como la de cualquier persona en la vida, porque el cine finalmente es eso: un reflejo de la realidad».

Entonces este es un guión que habla sin tapujos de ese voyerismo que inquieta a muchos, que invita a descubrir actitudes íntimas de otros: «En mi trabajo estoy expuesta a eso». Un fetiche que ella practica y que quisiera aprovechar pero con objetivos específicos:

«Soy voyerista cada vez que miro por la ventana de mi casa en París y veo a la gente que está entrando a la Filmoteca, por si reconozco alguna cara. Claro que me gustaría observar, sin que me vean, algunos laboratorios científicos para comprobar que no estén experimentando despiadadamente con animales, y saber si es cierto que no se han descubierto las curas de varias enfermedades mortales o si, en efecto, como plantean algunas teorías, hay toda una conspiración detrás de esto. Además me gustaría escuchar algunas reuniones políticas para ver cómo se manejan realmente ciertos asuntos importantes a los que no tenemos acceso».

Seguramente al ver estas fotos tomadas en un hotel de lujo de París a algunos se les despierte ese morbo por Juliana, la atractiva chica que envuelta en elegantes trajes desafió el invierno desde este cómodo sofá Luis XV. ¿Quién diría que tiene una cara oculta? «Puedo ser muy tímida y tengo un gran sentido del humor. También soy extremadamente perfeccionista y exigente».

Le faltó decir que es disciplinada y aplicada, que mientras estudia Filosofía en La Sorbona de la Ciudad Luz, analiza varias propuestas que van más allá del séptimo arte. «Estoy escribiendo una novela de la que prefiero no hablar mucho porque tengo otros proyectos a los cuales les estoy dando prioridad ahora mismo, en el cine y la música. Ahora leo nuevos guiones y estoy muy feliz trabajando en mi primer álbum con un superproductor francés».

Además, a finales del año pasado filmó en nuestro país Operación E, una coproducción franco-española dirigida por Miguel Courtois, y en la que tuvo el privilegio de trabajar con el gran actor y cantante español Luis Tosar.

Terminada esta sesión fotográfica en la que los espectadores se detuvieron por culpa de ella frente al Moulin Rouge, salió corriendo para la Avenue Montaigne, donde queda la boutique de Dolce & Gabbana, a la que llegó como una de las invitadas especiales de la marca. Sin duda, el tiempo de Juliana apenas está comenzando.