Uno podría pensar que en estos tiempos en los que el Marxismo es una ideología desacreditada, a la que se adhieren únicamente los profesores universitarios que siguen viviendo en el pasado, y en los que hasta los países dirigidos por partidos comunistas se alejan del Marxismo, nadie estaría abrazando esta ideología fracasada. Parece que Chávez no recibió ese “memo”. Está demasiado ocupado copiando a Fidel Castro y el maravilloso, perfectamente funcional y políticamente libre paraíso que la Revolución cubana creó.
No satisfecho con amañar elecciones, darse a sí mismo un congreso que no es más que un sello de caucho, nacionalizar la economía y cerrar medios opositores, ahora pretende eliminar intermediarios y declararse Presidente de por vida. A medida que este heredero ideológico de Fidel hace sus movimientos, puedo escuchar al profesorado de Ciencias Políticas de todos los EEUU aplaudirlo. Una vez más, un emocionante bandido antiamericano está listo para convertir a su pueblo en siervos, mientras predica el evangelio de la revolución anti-occidental. Ese es apenas uno de los problemas de la izquierda. Mientras la derecha se encargó de rechazar a los dictadores derechistas, la izquierda no puede dejar de arrastrarse por cualquier tiranuelo que expida amenazas contra los EEUU y señale al mundo occidental, mientras paradójicamente abraza la filosofía occidental del Marxismo.
Cuando Hugo amañó el voto revocatorio para mantenerse en el poder, la izquierda se encogió de hombros. Cuando nacionalizó la economía robándole a la gente común la libertad económica, la izquierda celebró. Cuando cerró un medio, la izquierda sonrió, pensando que cualquiera que hable mal de un marxista ha de ser un fascista y merece ser silenciado. No tienen ningún problema con un dictador si ese dictador odia a los Estados Unidos. (Y sí, existen aquellos en la derecha que tampoco tienen problemas con los dictadores siempre y cuando sean pro-Americanos. Se equivocan en pensar así y están decreciendo en número)
El verdadero problema con Hugo es que los EEUU lo apoyan. Cuarenta y cinco por ciento de las exportaciones venezolanas (mayoritariamente crudo) van a los Estados Unidos, mientras que 35% de sus importaciones provienen de los EEUU. La realidad es que Hugo no estaría haciendo tanto dinero si dejáramos de comprarle el petróleo, y dejáramos de venderle los equipos que requiere para obtener ese petróleo. Una economía débil haría a Hugo más impopular de lo que ya es. Ahora, las sanciones no han servido para deshacerse de Fidel ni de los Mullahs, pero el que las acciones económicas no hayan derrocado un gobierno no significa que tengamos que meternos en la cama con él.
Chávez es un dictador, una amenaza para la seguridad norteamericana. Debe irse. Mientras nuestra atención se enfoca en el Medio Oriente, hemos ignorado a América Latina. Chávez ha usado la riqueza del petróleo para crear un bloque de regímenes antiamericanos a lo largo de la región. Quítenle su dinero petrolero y sus aliados-marionetas no podrán sostenerse por su cuenta.
El gobierno estadounidense, que se supone debe estar expandiendo la democracia está permitiendo el florecimiento de dictaduras en su propio traspatio. Es hora de que los EEUU lleven a Hugo a la quiebra. Mientras más pronto mejor.
Fuente: The Conservative Voice
Totalmente de acuerdo. Amén.
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