El presidente Santos negó que durante mucho tiempo que estuviera adelantando contactos con las Farc, hasta que los medios de y especialmente Francisco Santos reveló lo que era un secreto a voces, que Santos negociaba a escondidas con el terrorismo. A raíz de esto Francisco Santos fue echado de RCN Radio.
Todos queremos la paz, eso está claro, nadie es tan idiota para decir que no, diferimos en como buscar la paz. Particularmente me opongo a la pax mafiosa que articulan en La Habana por unos motivos básicos y elementales en la democracia:
1) Es legitimo sentarme con asesinos y narcotraficantes a negociar las leyes, la agenda agrícola?
2) Es válido que criminales de lesa humanidad hagan política como si nada? Será que la sangre de los inocentes no cuenta?
Según estos 3 puntos, mientras en un país decente, civilizado, obviamente no es Colombia se somete a los terrorista a la justicia, en Colombia se premía sus crímenes negociando con ellos las leyes, las agendas sociales del país y permitiendo que hagan política y queden en impunidad. Solo un país tan descuadernado como Colombia permite eso.
Lo más atroz es la complicidad criminal de los medios de comunicación quiénes dicen sin sonrojarse que toda Colombia apoya los diálogos de paz y si ud pone atención se dará cuenta que los invitados, opinadores, columnistas que salen en los grandes medios de comunicación son o afines a las causas de los terroristas, o son exterroristas o son lo mismo que apoyaron el Caguán y cuando fracasó se lavaron las manos.
Y la opción de los medios es mostrar y entrevistar a Uribe y dejarlo como única voz que se opone a los diálogos, al dejarlo así, el país piensa que Uribe es el único, y por eso su popularidad tiende a bajar.
La estrategia que montó Santos es perfecta, animosidad de los diálogos más la avasalladora pauta publicitaria en los noticieros de los principales canales privados lo indica.
El positivismo del país que raya en lo criminal contrasta con lo que proponen las Farc, no verdad, no justicia, dejar las armas más no entregarlas, lo que significa que estarán en la civilidad mientras se cumplan los acuerdos, de lo contrario regresarán al monte y se alzarán en armas; en síntesis es un paz chantajeada, un pax mafiosa que definitivamente es la claudicación frente al terrorismo.
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